Tras la gélida experiencia de Estambul, donde hasta en el spa del hotel hacía frio, Flanders se prometió así mismo no volver a viajar en invierno. Siendo una persona de principios, en agosto de 2011 se marcha a Berlín a seguir pasando frío. Lo de la lluvia y en frío en los viajes empieza a ser preocupante.
La llegada al aeropuerto sin problemas, y allí mismo se puede comprar la “Berlinpass”. Es una tarjeta que viene a costar unos 30 euros pero que se amortiza rápidamente. Todos los transportes están incluidos, y lo mejor, las entradas a los museos y sin tener que hacer cola, realmente útil. En el mismo aeropuerto está la estación de tren. El tiempo justo para tomar en un puesto una cerveza y una salchicha con curry que está de escándalo.
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Ante el Reichstag |
El hotel que se eligió contaba a su favor la cercanía con la estación de tren que te lleva a Berlín. El hotel estaba a esa fatídica distancia (5 minutos a píe) que te impide coger un taxi –“esto tiene que estar aquí al lado”- y tiene como consecuencia que te pases una hora caminando en círculos alrededor de Kurfürstendamm, Ku’damm, y no acabas durmiendo en el zoo de puro milagro. La verdad es que la zona tampoco está mal. Por allí está “Europa Center” y la Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirche (por suerte el alemán es de esos idiomas que en cuanto estás allí un rato le acabas pillando el acento). Ah claro! y los almacenes KaDeWe, uno de esos lugares en los que de verdad sientes lo pobre y miserable que eres.
Tras pasar por Alexanderplaz y subir a la torre de la televisión, Fernsehturm, donde desde sus 365 metros se puede tener una visión de Berlín única, siempre que no llueva, un rato de tertulia sobre Materialismo dialéctico en la plaza Marx-Engels Forum. A alguno se le escaparon algunas lágrimas. ¡Cuánto rojo anda suelto!
Una cerveza en Nikolaviertel. Se trata de un magnifico barrio con aires medievales en los que hay restaurantes, cervecerías y curiosas tiendas en las que en el mes de agosto venden belenes y artículos de decoración navideños. La decoración de las tiendas hacía juego con el frío que hacía. En Zur Geristchslaube , acompañamos un codillo con Berliner Weisse mit Schuss. Un capricho de Ned, se trata de una cerveza aguada que mezclada con sirope adquiere un color verde. No está mal, pero pronto hubo que pasar a algo más serio. Por cortesía de Ned, un enlace a la carta En Georg Braeu (Spreeufer, 4 (Nikolaiviertel) sirven cerveza de elaboración propia. Tampoco nada del otro mundo, y la camarera no sabes si te está preguntando lo que vas a tomar o que te metas rápido en una cámara de desinfección que tienen al lado. En la embajada de EE.UU. Ned es recibido por el embajador. Por motivos de seguridad no se nos permitió tomar imágenes del interior de la embajada.
La embajada está situada junto a la puerta de Brandeburgo, y Ned posa como un turista más para no levantar sospechas sobre su visita a la embajada.
Para hacer una visita turística nada mejor que tomar las rutas 100 o 200 que hacen un recorrido por los sitios de interés. Tomamos la línea y nos dirigimos a Schloss Bellevue, donde nos espera Angela Merkel. Por los mismos motivos que en la embajada americana no se nos permite publicar ninguna fotografía de la reunión de Ned con Merkel.
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Frente a Berliner Dom, la catedral de Berlín antes de asistir a los oficios |
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Servicios del Orage. El cartel invita a desbeber |
En Scheunenviertel una parada para tomar un café en Orange (Orainenburger Strasse, 23), cerca de la Neue Synagoge y en dirección hacia Hackesche Höfe.
el labarinto de patios llenos de tiendas de ropa y curiosidades, un lugar digno de ver.
En Museumsinsel (La isla de los museos) en el Altes Museum y Pergamonmuseum , Ned hace un viaje a través de la Historia, desde el altar de Pérgamo, la puerta del mercado de Mileto o la puerta de Ishtar. Sin duda algo de lo más impresionante que uno pueda ver. Y por supuesto, el busto de Nefertiti.
Os dejamos un pequeño álbum con imágenes. (Es conveniente mostrar en el modo de pantalla completa)
De camino a Bären-Luftballons, una inascesible tienda especializada en la venta de globos, en la que se hizo acopio de los mismos para la fiesta de Carmen, entramos en el Café Einstein en la Kurfürstenstr. Un lugar agradable donde tomar un buen café calentito una tarde de agosto
En POTSDAMER PLATZ el Sony Center resulta impresionante, hubo que hacer dos paradas. La primera fue en Linderbräu (el enlace os llevará a la carta de bebida). La segunda fue la cena en el restaurante Australiano Corroboree, sirven cocodrilo y canguro. No los cambio por una pata de pulpo asado con col.
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Ned frena un tanque soviético |
Para despedir Berlín, una cena el Quasimodo. Un lugar donde se puede comer y escuchar buen Jazz.
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Quasimodo |
Un vídeo con unas imágenes no comentadas que es conveniente ver en el modo de pantalla completa
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